Ay, el verano qué malo es! Por lo menos para mí. Es la estación que menos me gusta del año, con esos calores tan insoportables, estar sudando todo el día y con esa sensación pegajosa incluso recién salida de la ducha.
Y con los calores vienen las bajadas de tensión y las pocas ganas de hacer nada. A vosotros no os pasa? Porque a mi es que se me derriten hasta las neuronas. Si pudiera, instalaría un aire acondicionado industrial en la cocina!
La receta que os traigo hoy es parecida a la tarta panacotta que ya os presenté hace unos meses. Aunque ésta es más fresquita si cabe. Al eliminar el chocolate blanco de la ecuación aligeramos la mezcla y con la acidez del limón la refrescamos a tope. Como postre para llevar es muy resultona, y como ya visteis en la anterior versión, es extremadamente fácil de preparar. Yo ésta la llevé a una barbacoa con amigos y gustó mucho. Es fresca, nada pesada y no empacha ni empalaga. Ideal!