Crema de Judía Verde con Miel al Aroma de Orégano

¡Toma ya! Pedazo de nombre que me he sacado de la manga. Pues si chicos, después de semanas sin aparecer por aquí, he tenido que subir alguna recetilla. No quiero que penséis que he abandonado el blog. Nada más lejos de eso, lo que pasa es que el tiempo no me acompaña, cocino poco y mal y lo poco que hago es para las cenas, es decir, la luz no me acompaña para la fotografía. Un sin número de despropósitos...

A lo que iba, la crema de judías. Fue una invención de último momento. Anoche, 19:30 de la tarde y no tenía nada verde que darle a mi peque de cena. En la nevera, un manojo de judía verde fresca que compré para un hervido Valenciano, un par de patatas huérfanas en el armario y una cebolla que pedía a gritos ser utilizada. En media hora tenía el resultado. Delicioso y muy original, a mi peque le encantó! ¿Os quedáis a ver la receta?

Ingredientes (para 4 raciones):

- 300g de judía verde plana
- 1 cebolla
- 2 patatas pequeñas
- 1 zanahoria hermosa
- 5 quesitos
- 1 cucharada de mostaza dulce
- 2 cucharadas de miel
- Caldo de verduras (o en su defecto agua y una pastilla de caldo vegetal)
- Orégano
- Aceite de Oliva Virgen Extra

Preparación:

Muy sencillo y rápido. Limpiar las judías eliminando las hebras laterales. Yo lo hago con el pelador de verduras de manera fácil y rápida.

Pelar la patata, la zanahoria y la cebolla. Trocear.

Poner en la olla a presión las judías limpias y en trozos, la patata, la zanahoria y la cebolla, una cucharada de orégano y un buen chorro de aceite de oliva.

Cubrir con el caldo de verduras o con agua y añadir la pastilla.

Cerrar la olla y poner a fuego fuerte hasta que salgan los dos anillos. Bajar el fuego y controlar 15 minutos. Pasado ese tiempo apartar del fuego.

Si váis con prisa, ya sabéis, bajo el chorro de agua fría hasta que baje la válvula para poder abrir la olla.

Retirar parte del caldo (yo lo aprovecho para sopitas de verduras o kesvit, salen divinas), añadir la miel, la mostaza y los quesitos. Triturar hasta conseguir una crema fina.

Servirla caliente, acompañada con cebolla crujiente, unas lascas de parmesano y un buen chorro de aceite oliva.

Riquísima, ¡os lo aseguro!