Venga, un "mezze" más y paso a otros platos! Es que hay tanto entrante rico... Y se me quedan varios en el tintero que rescataré más adelante, pero es que una semana no da para mucho y hay tanta maravilla deliciosa...
Seguro que ya os estabais preguntando si no iba a publicar mi receta de hummus... Pues resulta que ya la tenía en el blog, así que aprovechando que en estos años la he mejorado, aprovecho esta semana para republicarla y daros a conocer algún truquillo que hará que vuestro hummus sea el mejor del mundo!
Ya os digo que en esta semana temática no podía faltar la receta de este conocidísimo paté de garbanzos que prácticamente todo el mundo adora. Una receta muy sencilla pero que todavía hay mucha gente que no termina de cogerle el punto. Yo he probado hummus que podrían competir con el cemento armado de la obra. Densos y granulosos, con toneladas de comino y que necesitas una vaso entero de agua para poder bajarlo. Normal que aún haya detractores de este platillo! Si sólo han probado esas versiones...
Y nada más lejos de la realidad, el hummus lleva garbanzos, sí, pero su textura ha de ser suave y cremosa, que sea todo un placer untar el pan, que no puedas parar hasta haber limpiado el plato. Y para obtener ese resultado suave y aterciopelado de un hummus de calidad hay que pelar los garbanzos. No os llevéis las manos a la cabeza! No cuesta tanto. En 5 minutos pelas sin problemas un bote pequeño de garbanzos cocidos. Y la diferencia es abismal, mirad, mirad, si en la foto se aprecia esa ligereza y cremosidad... imaginad cuando lo probéis!