Hoy traigo una de esas recetas sencillas, resultonas y que se preparan en menos e una hora. Y os da otro camino un poco más original para comer legumbres. Que las lentejas con chorizo o con verduras están muy buenas, pero... a lo mejor ya cansan! Sabéis que me vuelve loca la gastronomía de oriente, ya sea india, thailandesa, japonesa o china... Los currys me apasionan y creo que es una forma súper agradable de refrescar los recetarios de cada casa. Yo os recomiendo que apuntéis en vuestros básicos un curry de pollo, otro de legumbres y otro de verduras, en mi casa son básicos por excelencia. Y como pase mucho tiempo sin prepararlos, me los exigen!
Así que vamos a ello, ya veréis que fácil y rápida de preparar es esta receta...
Ingredientes (para 4 personas):
- ½ cebolla
- 1 cda de jengibre rallado
- 3 dientes de ajo
- 1 cdta de curry en polvo
- 2 cdas de pasta de tomate concentrado
- 2 cdas de pasta de curry rojo
- 2 boniatos
- ¾ de vaso de lenteja roja
- 1 lata de leche de coco
- 1 y ½ vaso de caldo de verduras
- Sal y pimienta
- 2 cdas de aceite de oliva
- Cilantro fresco
NOTA: La pasta de curry rojo la podéis encontrar en Mercadona en la sección de salsas. Va en sobrecitos y es muy cómoda de gastar. Pero si podéis conseguirla os aconsejo la thai de verdad, que las podréis encontrar en los supermercados asiáticos.
Preparación:
Cortar el boniato en cubos de 2 cm de lado. Reservar. Picar también la cebolla en brunoise. Saltearla a fuego medio alto hasta que empiece a estar translúcida. Añadir el ajo y el jengibre bien machacados. Cocinar hasta que empiece a desprender aroma. Añadir ahora el curry en polvo. Cocinar un minuto más, lo justo para tostar las especias sin quemarlas.
Añadir al sofrito la pasta de tomate y la pasta de curry rojo. Remover bien.
Añadir ahora el boniato y las lentejas y cocinar 30 segundos.
Añadir la leche de coco y el caldo, dejar que levante el hervor, bajar el fuego y cocinar a fuego medio alrededor de media hora. Las lentejas han de quedar suaves y el boniato blandito.
Servir con arroz basmati y adornado de cilantro fresco.
Os prometo que os chuparéis los dedos! Y si lo acompañáis con un pan naan casero... Moriréis y despertaréis en el cielo, palabrita!
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